Se trata de un restaurante de comida casera elaborada con productos siempre frescos, de la tierra, de la lonja, del mercado.
La creatividad y el gusto por las cosas bien hechas han sido elementos claves del éxito.
El producto es el alma del plato. El marisco protagonista de sus arroces melosos o secos. La delicadeza en la elaboración de sus recetas queda latente en cada plato; el foie micuit, veteado de cecina y trufa, las croquetas de chipirones y ajos tiernos o Coulant de chocolate.
Una eclosión de sabores inimitables.